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Aventuras Dimensionales

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Mensaje por LiliCast Vie Oct 07, 2011 10:50 pm

Conociéndonos

“-Wao que linda- decía una niña de 7 años al ver la hermosa figura de una mujer con un antifaz de color mitad negro y la otra blanca, que separa los dos colores con unas curvas líneas, donde en la parte blanca se apreciaba tres estrellas de forma ascendente y en la parte negra habían tres lagrimas de forma igual ascendente. A la mujer solo se le podía ver la mitad de la cara, donde se distinguía labios carnosos y rosados, y ojos color café, que combinaban con su pelo castaño , largo y ondulado, su cara era en forma de corazón.

Se veía delicada y a la vez guerrera con su espada desenfundada a un lado, una camisa estilo pirata blanca, y un pantalón que caía ligeramente desde sus muslos hasta tocar sus botas de igual color que el pantalón.

-Esa es una vieja amiga- decía una mujer de 54 años de edad a la que ya se le podía notar arrugas en su cara risueña.

-¿No será que tu eres esa mujer?- decía otro niño de la misma edad que la niña, que se encontraba en un sillón armando un rompecabezas.

-¡No! No lo soy, ni lo seria, como esa mujer no ahí , ni habrá dos- decía mientras veía como los niños la miraban confundidos- para que esa mujer exista se necesitan de dos cosas.

-¿Cuáles son?- dijo la niña acercándose a la mujer la cual la tomo en brazos y luego la sentó en sus piernas.

-Se necesita de coraje y… locura- contesto largándose a reír, mientras los niños se contagiaban y seguían la dulce carcajada.

-Cuéntanos- dijo de pronto el niño parando de reír- cuéntanos la historia de antes de la guerra.

-¡Si! la de Laura, dijiste que hoy nos ibas por fin a decir ¿Quién era?- recordaba la niña mientras bajaba de las piernas de la mujer.

-Está bien… lo diré , atentos- le indicaba mientras ellos con miradas curiosas miraban a la mujer la cual solo les sonrió antes de comenzar.

La dimensión Reinos Ocultos, dimensión de reinas y reyes, príncipes y princesas y guardianes los cuales nacían el mismo día y hora que los anteriores , convirtiéndose así aquellos que velarían por su seguridad.

En una de las grandes ciudades de esta dimensión se encontraba Lesmandio, donde el rey que lamentablemente perdió a su mujer en el trabajo de parto, se encontraba con su pequeño hijo recién nacido, del cual se desconocía a guardián alguno. A varios días luego que el nuevo príncipe naciera, en una noche, se pudo oír un leve llanto, que ascendía mas y mas hasta llegar a alarmar a todo el castillo. Una de las sirvientas abrió la puerta principal y allí en sus pies pudo ver a una criatura envuelta en mantas llorando a todo pulmón , la sirvienta lo levanto del sucio suelo, y luego al revisarlo se dio cuenta que llevaba consigo una nota:

“Rey de reyes, mi situación es crítica a más no poder, y no hablo de la riqueza, hablo de la salud, no puedo con este peso, no puedo con esta criatura, la amo pero me es difícil aceptarla, por eso pido piedad y consideración con ella, por favor cuídela, ella además es : el guardián de su recién nacido, se supo ayer, las estrellas no mienten, sé que no sería digna de ningún perdón pero por favor le pido que esta pequeña bendición tenga una vida prospera. Su nombre Essmandibus Dalterra, me despido, un gran beso para él, lo quiere, mamá.”

La sirvienta la llevo al rey el cual apenas leyó la nota, le pidió al mayordomo real que preparara todo para esta nueva criatura, el seria como su segundo hijo.

Los chicos se criaron en forma conjunta pero diferente, el príncipe aprendió todas sus responsabilidades reales, mientras el guardián tenía que ir a la academia especial para ellos (Academia Tenal). Pero a pesar de que sus vidas iban en un mundo diferente, la amistad que los unia podía llegar más fuerte que eso, o para ellos en esos momentos era así.

Essmandibus contaba además con dos amigos, Raúl y Lord los cuales eran gemelos idénticos-cabello rubio, ojos azules, tez clara ( el típico estereotipo)- estos a su vez conocieron a Lion – el príncipe- y todos juntos compartían muchas aventuras sin cesar, desde escapar de las señoras del mercado, meterse con los pequeños dragones bebes, hasta ir fuera del escudo protector de la ciudad y poner en peligro sus vidas.

Luego de varios años , teniendo ya 18 años, se destapo una mentira, Raúl no era un chico, sino una chica, lo que causo mucho sobresalto en el reino, puesto que los guardianes siempre , en toda la historia , habían sido chicos- a las mujeres las consideraban la parte más vulnerable, frágil e indefensa del reino- muchos la agredieron, otros la aceptaron y otros la acompañaron.

Laura al pasar el tiempo tuvo que demostrar el valor que tenia, pudiéndose ganar luego de 4 arduos años que ella era merecedora del respeto que se le tiene a un guardián.

Lion y Essmandibus siempre estuvieron al lado de su amiga, pero se acercaron tanto que descubrieron algo más que no se esperaban, el amor. Un amor donde siempre estaban al pendiente de ella y ella se encargaba de siempre ayudarlos a ellos.

Después de un tiempo los dos decidieron expresar sus sentimientos, y cada uno recibió una respuesta diferente.

Laura había desarrollado sentimientos por Lion mucho antes de siquiera ella darse cuenta, por Essmandibus tenía un gran aprecio pero no llegaba a mas nada que eso, solo cariño, amistad, respeto.

Así fue que un año luego , Laura y Lord se casaron y poco tiempo después nacieron dos gemelos , la niña llamada como su madre y el pequeño Loan. Como por cosas del destino o solo por casualidad, se supo que el guardián de la niña era su propio primo , Lían hijo de Lord.

Todo fue felicidad en esos momentos, todo estaba saliendo a pedir de boca, pero- siempre debe de haber un pero - ¿Qué había pasado con Essmandibus?, este al tiempo de que noto como el príncipe conseguía todo lo que quería y el solo lo que podía- según pensamientos de el- se lleno de envidia y su suerte cambio cuando consiguió a un señor ya mayor ,algo herido y al tratar de salvarlo este le ofreció que según él , le daría todo lo que él quisiera.

El hombre en realidad era un mago y las heridas habían sido ocasionadas gracias a una batalla que había librado con sus propios sobrinos, los que queriendo mandarlo a la dimensión de la nada por un solo segundo de equivocación lo mandaron a esta dimensión.

El mago engaño al guardián, y lo que creyó que le otorgaría la venganza lo único que hizo fue encadenarlo de por vida a un nuevo aspecto , a un nuevo ser, el se había convertido en un monstruo, alguien que ya no pensaba en la envidia sino en el odio.

Al nacer los bebes y futuros reyes de Lesmandio, tanto el mago Klock como Essmandibus creando un ejército de villanos atacaron al reino y así empezó la batalla, un batalla que se hizo ardua y difícil por lo que tuvo que intervenir dos dimensiones más.

La dimensión Tecniti , con la mejor tecnología que en cualquier otra dimensión, se encargaba del estudio de las maquinas así como también de todo tipos de ramas de ciencias. Las personas que convivían en esta dimensión mayormente estaba entrenada en artes marciales, defensa personal y cualquier técnica de batalla, constituyéndola así como una de las dimensiones más preparadas a cualquier ataque.

La dimensión Kalina, nombre puesto en conmemoración a una antigua bruja que lucho en pro del bienestar en otra larga batalla a la que fue sometido este mundo de magos y brujas, por lo que la dimensión tenía experiencia y le daba un punto más a favor para ser de ayuda. Además que de ella es que provenía el mayor enemigo.

Cada dimensión tuvo un líder que dirigía a cada grupo. Todos lucharon hasta el final aunque lo que empezó siendo como algo que el bien iba a ganar, termino ganándolo el mal.

Laura murió al tratar de rescatar a sus hijos, y junto a ella murieron la líder del Escuadrón especial Tecniti y dos amigos de su infancia.

Pero gracias a que todos lucharon pudieron al menos alejarlos del escudo lo suficiente como para hacerlos mandar a la nada.

Nadie gano, ni el bien , ni el mal, pero hoy en día se sigue en la espera que Essmandibus siquiera traiga consigo a las dos criaturas bebe que se llevo y que Klock pueda ser ajusticiado por sus crímenes.”

-Ojala pudiera darle otro giro a esta historia-decía una chica de unos 13 años, cabello café, tés trigueña y ojos color chocolate llamada Liliana, a su hermano Dilan, el cual estaba en un estado temporal de shock luego de que una de sus novias había descubierto que ella no era la única en su vida- Dilan dame ideas-

-¿Cómo puede ser posible que yo el gran Dilan Castillo haya sido botado por una chica? Si yo soy el sueño que cualquier chica quisiera tener, soy todo un galán, mi físico es el mejor sin lugar a duda… ¡¿Qué hice para merecerme tal humillación?!- mientras Dilan daba su discurso, Liliana se levanto y se coloco delante de él, pero no se dio ni cuenta de su presencia por lo que ella procedió a estamparle una fuerte cachetada en la mejilla izquierda- ¡Oye! Eso duele, además ¿Sabes quién rayos es una tal Kris García? Katie me hablo de que esa tal Kris le había contado sobre Valerie y Sally, y la verdad es que no la tengo en mi agenda.

-No eres más estúpido porque mama se espero un ratito para al menos no ser llamada madre precoz, ¿Me podrías ayudar en mi historia y dejar de pensar al menos cinco minutos en tus actos de infidelidad?- trato de hacerlo recapacitar Liliana, aunque ella si sabia quien era Kris.

-¿Qué historia? ah la cosa esa que acabas de escribir, a ver qué tal te salió hoy- la muerte rondo por toda la habitación, pero al no querer mancharse de sangre se fue alejando lentamente.

-Sí, mi cosa esta lista, así que ¿me puedes ayudar con el final? Por fa…- contesto en forma de suplica Liliana.

-Pues … sabes… este… la verdad no se, en esta familia yo soy la estrella en los deportes y tú la chica de las historias-

-Gracias por el elogio, y espero también que Kris no se siga metiendo en tu vida, adiós me voy a la sala, lejos de Míster Ego-

Liliana se dirigió a la sala, ese día no andaba del mejor humor ,puesto que la historia que había escrito era un sueño, o más bien varios sueños, los cuales la atormentaban en la noche. Ella se imaginaba la batalla, prácticamente la vivía , estaba dentro de ella, pero lo que no logra descifrar es ¿Quiénes son los niños del principio? ¿Quién es esa señora?, cuando los imaginaba, en su mente eran una imagen difuminada, algo que no podía apreciar bien.

“-Hola corazón como estas-decía una voz de chica adolescente, en la grabación.

-Perdón pero ¿Quién me habla?- contesto otra chica.

-Soy Kris García, ¿Sabes dónde está Dilan?- pregunto la primera chica.

-Este es el numero de su novia, y ahora no sé donde se encuentra el- contesto la otra chica un tanto confundida.

-¡Ah! Mucho gusto tú debes de ser Valerie o ¿Eres Sally?-

-No, soy Katie, ¿Quienes son esas dos?”

Dilan había salido de la habitación de su hermana y ahora estaba con un grabadora en su mano justo al lado de Liliana, esta se tenso al escuchar esas tan conocidas palabras.

-Tú piensas ¿Que Kris se volverá a meter en mi vida?- dijo totalmente relajado Dilan mientras se sentaba al lado del sofá , junto a su hermana.

-¿Por qué la pregunta?- dijo Liliana esperando la reacción de matanza que siempre tenía su hermano ,pero en vez de eso, el estaba muy tranquilo, más tranquilo y estaría muerto.

-Porque si esa Kris se vuelve a meter en mis cosas le volveré la vida de cuadritos los próximos años que vivamos juntos- amenazo todavía tranquilo.

- Muy bien Dilan analicemos, tú me harás mi vida de cuadritos si yo me vuelvo a meter en tus cosas, y ¡¿Cómo carajos ha sido mi vida hasta ahora?!, hoy tengo muchos traumas ocasionados por ti ¡Gracias hermano! Y ni pienses que voy a dejar que andes por ahí engañando a las pobres tontas que caen en tus redes- contesto Liliana un tanto exaltada.

-¿Sabes qué? No sé qué te pasa hoy, hoy andas aburrida, sabes que yo solo juego, ¿Sabes qué? Adiós.

-¡Vete entonces!, y Valerie y Sally sabrán la verdad- cambio de repente Liliana, a un tono de voz juguetón y un tanto lleno de amenaza, a lo que Dilan solo sonrío ¡Esa si era su hermanita!

-Muy bien que lo sepan y entonces tendrás que decirle adiós a mis servicios culinarios- le devolvió Dilan.

-¡Nooooooooooooooooooooooo! Tu no me puedes hacer eso- puso lagrimas de cocodrilo .

-Hagamos un trato, tu no dirás nada y yo cocinare siempre que te toque a ti hacerlo- Liliana lo mira con cara de ¿De veras?( nótese el sarcasmo).

-Dilan ese trato lo tenemos prácticamente desde que vivimos juntos, ¿Sabes que? Voy a terminar mi historia y si alguna de tus chicas saben que no es la única, pues culpa a Kris… ella mal influencia a las personas- dijo con su tono de niña chiquita.

Liliana se dirigió a su cuarto para ver si se le ocurría algo mientras veía al sol ponerse en el horizonte, desde su ventana.
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En Francia, específicamente en Paris, más bien quise decir en la mansión más lujosa y grande de esos alrededores, en su cuarto (trato de ser especifica- nótese el chiste- si sigo diciendo eso me auto golpeare), un chico de unos 13 años se estaba levantando de su cómoda cama.

-Al fin llego el día- decía Carlos un pre- adolescente con cabellos color dorado , tés clara y ojos color miel.

-¡Hijo mío! ¿Cómo me puedes hacer esto?- dijo una mujer que entraba de manera muy rápida al cuarto de su hijo.

-Madre debes de comprenderlo, soy una persona que está preparada para salir al mundo y estar en nuevos lugares, además estaré con mi tía, no me pasara nada…tranquila- respondió el chico con un aire de formalismo.

-Eso es lo que tú crees, tu no conoces que ahí allí afuera- explico la madre.

-Y justo por eso iré a vivir con mi tía, ¡Quiero empezar a conocer el mundo!, quiero encontrar nuevas culturas, nuevas formas de vivir, aprender algo más que estar encerrado en estas cuatro paredes siendo vigilado por 24 guardias, me siento encarcelado en mi propia casa- trato de hacerle entender a su madre.

-Has vivido así por muchos años, así que no veo el porqué debes de salir, ¡Uno en la única cosas donde se puede sentir al menos un poco seguro es en su casa!- y ahí iba de nuevo su madre.

-¿Sabes que madre? Digas lo que digas, en una hora saldré justo al país de mi tía y ya tengo todo preparado, así que te agradecería que me dieras tu bendición y me dieras un muy fuerte abrazo porque aunque no lo creas y tampoco yo, se que te extrañare- dicho esto su madre se acerco y estrecho en un súper abrazo a su hijo, con lagrimas cayéndole de los ojos, sobre las mejillas la luz podía hacer que estas brillaran como si de magia se tratara.

-¡Dios te Bendiga! Y espero que nunca se te olvide esto:

1) No se te ocurra perder tu clase.

2 )Tu ortografía es muy perfecta y no quiero que luego me vengas escribiendo cosas que ni tú mismo entenderías.

3 )La apariencia es todo, siempre utiliza un traje nuevo, siempre andamos bien vestido y es lo que hace que nos quieran seguir en la alta sociedad.

4) No vengas con que andas escuchando música extraña, los clásicos son la mejor música que pueda existir.
-Está bien madre, ¿Por qué mejor no sales? así yo me puedo acomodar para mi viaje- respondió Carlos al tiempo que apuntaba hacia la puerta de su cuarto.

-Muy bien te esperare allá abajo le diré a tu hermana que se aliste- dicho esto salió de la habitación.
Al poco rato Carlos ya vestido con su traje recién hecho por su sastre personal, salió de su habitación , camino por los lujosos pasillos siendo iluminados por lámparas de araña con un suave color dorado, luego al poder divisar las escaleras pudo ver que al pie de esta se encontraba todos sus sirvientes incluyendo a los guardias de seguridad, a su tan amigo el Mayordomo George , a su adorada hermana Carolina y a su infaltable madre. Bajó las escaleras y se situó frente a su madre.

-Madre llego la hora de partir- le dijo a una chillona mujer.

-¡Hijo bello! Ya que no puedo hacerte cambiar de decisión entonces cuídate y por favor no cambies- las últimas palabras hicieron eco en la mente de Carlos el cual luego de darle otro fuerte abrazo a su madre , se fue donde su hermana menor.

-Hermanito dame un abrazo- él le correspondió gustoso-¿Cómo se te ocurre dejarme a mi con la bruja? Gracias por darme un año de sufrimiento, sabes que mama no me entiende, al menos tu aquí hacías que ella se entretuviera en algo, mínimo y me meterá en clases de ética, ¡Sera horrible!- musito Carolina en el oído de Carlos.

-Tranquila luego vendré a salvarte de las garras de nuestra bruja personal, todo saldrá bien, cuídate- contesto Carlos al tiempo que se alejaba de su hermana, y al lado de esta se encontraba su amigo, confidente, compañero del alma, George su gran mayordomo.

-¿Me permite darle un abrazo señorito Carlos?- pregunto George , mientras que Carlos solo se limito a asentir- muy bien joven amigo al fin estas decidiendo tomar nuevos rumbos para tu vida, la ropa necesaria esta al fondo de cada una de las maletas, Benjamín- el sastre- casi me mata cuando le pedí que la comprara, pero en fin nadie más sabe de esto, cuídate, empieza vivir- le susurro a Carlos mientras este solo sonreía con cada palabra ¡Al fin podría ver la libertad!

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-En poco tiempo vendrá- decía una joven de cabellos dorados y ojos color verde a su tía.

-Así es, mi sobrino por fin estará acá- dijo una hermosa mujer de melena negra hasta la cintura, ojos tan negros como el azabache y tez clara.

-Espero que todo salga bien, o mi madre me matara, en fin tú la conoces-

-¡Cómo no tienes ni la mas mínima idea!-musito casi para ella la mujer.

A los cinco minutos se podía divisar la camioneta de la familia donde su chofer personal traía consigo a Carlos, tanto la tía como la hermana mayor de este , salieron a recibirlo, pero cuando él salió se preguntaron si era una ilusión o parte de la realidad, su cabello que siempre andaba muy bien peinado y cuidando de que cada hebra estuviera en su lugar ahora estaba con su boina color café, donde debería ir su camisa de ejecutivo solo se encontraba una camiseta de color miel con un gran dibujo de un chico en una patineta y sus tan formales pantalones ahora eran solo unos jeans azules rasgados, y a continuación sus zapatos de viejo – según mis pensamientos- ahora eran botines converse de un color miel metálico.

-¿Eres real?- le dijo su hermana al tiempo que llegaba junto a él y lo abrazaba de una forma mucho más fuerte que el de su madre.

- Dejare de serlo si me sigues abrazando así- y sintió como su hermana lo sacaba de ese encierro.

- ¿Sabes que tu madre me matara a mi por esto verdad?- dijo en tono serio su tía- ¡Pero qué más da! Así quería verte algún día.

-Gracias, la realidad quiero que todo sea diferente desde ahora- dicho esto todos entraron a la casa para seguir celebrando la llegada de Carlos.

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Cinco , cuatro, tres, dos ,uno ¡Primer día de colegio!, tanto en la casa de los Castillos como en la mansión Dominé – apellido de la familia de Carlos- se levantaron cada chico y chica para vestirse y alistarse para sus clases. A la hora todos estaban listos, salieron de sus casas y se encontraron afuera de sus respectivas urbanizaciones.

-¡Oh! Como me siento alagado de ser esperado por una persona del apellido más apreciado de este ciudad, que honor mi señora- dijo Dilan bromeando.

-Muy bien plebeyo así me simpatiza hablar con las personas, ¿Por qué no te arrodillas y besas mis pies?- respondió Karen siguiendo la broma.

-Factor uno: el piso está sucio, Factor dos: no estoy al 100% convencido que te hayas lavado los pies, Factor tres: no me humillo ante chicas- su ego había subido 10 puntos esa mañana.

-Eres tan idiota amigo, pero igual ¡Te quiero!- y ahí iba otro de sus súper abrazos.

-Todavía me pregunto cómo a pesar de ser una chica puedes tener tanta fuerza en un abrazo… ¡Karen me asfixias!-

-Chicos llegaremos tarde, ¿Qué tal una carrera?- decía mientras dejaba de abrazar a su – se podría decir- mejor amigo. Karen había sido la primera chica que Liliana conoció que no se babeaba por su hermano, que estaba tan loca como para comprenderla, que era muy inteligente y que nunca se sabía que esperar de ella.
-¿Quién es el?- hasta ese momento fue que se dieron cuenta del nuevo compañero.

-¡Soy tan despistada! Es mi hermano menor Carlos, el que les dije que vivía en Francia-

-Mucho gusto- dijo Dilan al tiempo que le extendía el puño pero al Carlos no comprender simplemente se quedo estático en su sitio.

-Si no corremos el profesor me mandara por primera vez a detención y ¡No lo permitiré!- esa era Liliana.

-En sus marcas, listos… un momento tengo que amarrarme la trenza del zapato, fuera- apenas termino de decir eso Dilan había caído al suelo, al ver que lo dejaban tirado se desamarro las trenzas que Karen de forma rápida amarro.

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Un nuevo día de colegio, para Carlos era catastrófico quizá por el factor Carlos por primera vez va a un colegio, si así era, ese era otro factor de su vida, el siempre había permanecido encerrado por lo que tenia clases particulares.

Solo entró y no sabía qué hacer, había toneladas de estudiantes, unos correteaban de un lado a otro, otros jugaban a las luchas, por otro lado se podía apreciar chicas saludándose efusivamente, pero todo le daba vueltas en la cabeza, se encontraba extraño, inseguro, en cualquier momento saldría por la puerta corriendo a refugiarse como un niño chiquito cuando su madre lo deja por primera vez en el kínder, solo que para el, ellos tenían mucha más suerte, ya que ellos se verían natural y el solo haría el ridículo.

Aunque ¿Cómo hacer el ridículo cuando nadie te conoce?, su cabeza estaba vuelta un ocho, por lo que no se dio de cuenta que le hablaban.

-¡Hola! Soy Liliana mucho gusto, soy la hermana menor de Dilan, tu hermana estaba tan en las nubes que no me presento, ella y yo somos amigas, ya que es la mejor amigas de mi hermano, quizás luego tu y yo po…-

-¿Dónde te apagas?- le dijo a la chica, aunque sin intención de ofensa , solo que estaba tan mareado por todos los sentimientos que cualquier cosa más le molestaba de sobremanera.

-¡Que chistoso! Y ¿En qué sección quedaste?-

-A… no la B- decía confundido de el papel que le habían dado.

-Esa es mi misma sección, ahí estoy con todos mis amigos viejos, se que te simpatizaran son muy geniales…- y ahí estaba otra vez en acción.

-¡Podrías callarte! Y decirme ¿Dónde rayos se encuentra el salón?- Carlos llego en su máximo nivel de paciencia, la verdad estar confundido, inseguro y ser ametrallado con palabras hacían que su paciencia flaqueara .

-¡Oye! Tengo el derecho de hablar y el salón se encuentra por el pasillo B, salón numero 5, ¡Adiós!- y así fue cuando Liliana se dirigió a su salón.

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Carlos llego al poco rato y vio a lo lejos como la chica estaba hablando muy entusiasmada con los que serian sus amigos, el se fue justo al asiento al lado de la ventana y frente al escritorio del profesor, la primera materia que tendría según la hoja , seria Castellano y Literatura.

-¡Buenos Días muchachos!- saludo el profesor con un aire juvenil.

-¿Qué tal profe?- contestaron los demás chicos al unísono.

-Muy bien, ¿Están listos para empezar el nuevo año escolar?- dijo entusiasta

-¡NO!- respondieron otra vez todos a la vez.

-¿Por qué no? ¡Vamos chicos este nuevo año será muy bueno para el aprendizaje!

-Sería mucho mejor si nada mas tuviéramos cinco minutos de clases, asi tendríamos mucho tiempo para divertirnos, las clases son aburridas- aporto una de las amigas de Liliana.

-Si ustedes dejaran al menos un momento las quejas y en vez de eso aportaran mas para la clase quizá las cosas cambiarían ¿No crees?... pero ya dejemos la presión, en fin, estamos llegando de unas largas vacaciones, ¿Cómo la pasaron?

-Súper Profe, mucha rumba

-Yo viaje con mi familia, y se podría decir que fue un viaje muy interesante, ya que mi padre se desvió por donde no era, y lo que sería un viaje de un día se convirtieron en tres- dijo un chico flaco, tés morena, y ojos color café oscuro.

-¡Rayos! Y ¿Por qué en tres?- respondía otra chica flaca, con tés clara, y ojos del mismo color que el chico.

-Porque se nos pincho un caucho, luego la batería del carro estaba presentando fallas por lo cual no quería prender el motor, y teníamos que todos salir del carro, ponernos detrás de este y luego empujar, dormimos muy poco, y fuimos de un lugar a otro, cuando llegamos al sitio algunos tíos ya estaban de vuelta a sus casas, y cuando volvíamos del sitio se nos cayo la gran caja de nuestras pertenencias que tuvimos que poner en el techo del carro, la verdad fueron vacaciones de locuras, pero nos dio mucha risa todo luego.

-¡Wao! ¡Qué bien! Se me ha ocurrido una gran idea… ¿Qué tal si todos crean una historia?, es decir, cada uno sobre cosas que quieran, que hayan vivido, que quieren que pasen, que no quieren que pase, en fin, de lo que ustedes quieran-

-¿Profe podríamos por alguna vez en la vida hacer nada?- pregunto un chico

- y ¿De dónde crees que sacare las notas para evaluarlos?, ¿Creen que será como por arte de magia?- cuando el profesor dijo la palabra magia a Carlos se le removió algo por dentro, esa palabra para él era algo diferente que para otras personas, pero no sabía el ¿Por qué? De eso.

Todos los chicos se rindieron, a pesar de que era su profesor favorito, lamentablemente ni con el podían lograr su cometido de estar en clase pero haciendo nada (Es tan difícil ser adolescente estos días).

Carlos recibió lo que se podría llamar un atacaso artístico, comenzó a escribir su historia en poco tiempo pudo relatar parte de sus sueños y con ellos construir un relato, luego se dirigió al escritorio del profesor.
-Ya…ya termine la actividad- dijo tímido

-¿Tan rápido?... qué bien, a ver- contesto el profesor mientras tomaba el cuaderno de notas de Carlos- interesante, mundos paralelos, magia, guardianes y un sin fin de cosas, chico… tienes una gran imaginación- dijo el profesor mientras sonreía.

Pero era justo ese tema el que le costaba creer a Carlos, que fuese solo el producto de su imaginación ya que a veces parecían cosas que él había vivido, como un recuerdo, pero la vida es tan rara o será simplemente el hecho de que es sensible al arte que ¿Cualquier arte puede hacerle sentir de aquella forma?.

-Chicos su compañero Carlos les va a relatar lo que acaba de escribir- un miedo se apodero de Carlos en aquel mismo momento, ser una persona con poca vida social no servía de mucho en estos casos. Pero igual comenzó a leer con cuidado cada cosa que él, hace unos momentos, había escrito.

Liliana estaba sumida en sus pensamientos, escribiendo un digno final- según ella- para su relato a medias, pensamientos de donde salió en el mismo momento que Carlos empezó a relatar su historia la cual era idéntica a lo que ella había escrito, su boca se abrió y cerró luego de un rato, simplemente no lo asimilaba… la posibilidad que alguien escriba lo mismo que tu puede estar de uno en un millón, y además Carlos estaba muy lejos de ella como para si quiera pensar que se copio.

-¡Muy bien! Es muy interesante ese relato, ahora a ver…¿Dónde está la chica que le de la revancha a este muchacho?... – pregunto el profesor mientras paseaba su mirada por toda la clase- a ver ¡Liliana! ¿Qué nos tienes para hoy?

-Mis neuronas se han quemado a un 90% por el sol de las vacaciones, mis ideas se han fugado en el montón de libros que dio mi hermano para los chicos del barrio, y mi inspiración ah desaparecido en un abrir y cerrar de ojos… finalizando, no tengo ninguna historia que contar- monologó Liliana, mientras muchas preguntas se golpeaban unas a otras en su cabeza, ¿Cómo rayos ese chico tenia la misma historia, los mismos personajes y el mismo final que ella había escrito hace algunos días? ¿Cómo es que ese chico hace unos minutos había dejado de serle un simple desconocido a alguien que sentía conocer de hace tiempo?, ella no lo sabía, simplemente eso es lo que se podía responder.

Todas las clases siguieron su curso. Los chicos no se hablaron en ningún momento, mientras Liliana se la pasaba entre bromas con sus amigos, Carlos se sentaba entre clases solo por algún sitio con un libro en sus manos para distraerse (esa es la actividad que hoy en día hago a menudo).

Cuando por fin podían volver a sus casas Karen y Dilan dijeron que no podían acompañarlos porque tenían asuntos de urgencia que atender, si no fuera porque Liliana conocía a Karen estaría sospechando cosas entre esos dos. Y así fue como Liliana debía ir con Carlos, ya que sus urbanizaciones quedaban una al lado de la otra.

-¿Puedo hacerte una pregunta?- soltó Liliana pero Carlos no la escucho, así que a los varios minutos de esperar una respuesta- está bien ,si no quieres hablar conmigo…- dijo luego enojada.

-¿Decías algo?- contesto Carlos confundido, ya que estaba tan sumido a sus pensamientos que no se percato que la chica le hablaba.

- ¡Sí! que si ¿Te puedo hacer una pregunta?

-Pero si ya la hiciste

-¿Me estas tomando el pelo?

-Pero si no te eh tocado.

-¿Podrías dejar de jugar conmigo?- grito la chica (ella tiene poca paciencia)

-No estoy jugando, pero dime ¿Qué querías preguntar?

-¿De dónde te inspiraste para realizar la historia que contaste en clase?

-¿La historia? fueron su..-la frase quedo a la mitad ya que un menos de tres segundos en el lugar donde deberían estar Carlos y Liliana ya no se encontraba nadie.

Estos fueron absorbidos por un gran hueco rojo que los llevo a un sitio raro, por donde se viera se veía nada, si así es, no había ningún objeto físico, ni tampoco luz, pero aun así se podía ver los cuerpos de las personas como cuando haces un montaje y pones el fondo negro, no había un suelo fijo donde poner los pies y aunque no se sentía nada, en esa dimensión caías lentamente sin percatarse de que te estás moviendo, causa de que la tierra tiene sus movimientos de rotación y traslación.

-¡Que grato esperar tanto y por fin poder verlos!- dijo una voz de contrabajo que estremeció cada uno de los sentidos de los chicos.

-¿Qui...ien eres?- pregunto Carlos al oscuro infinito donde no se podía divisar a absolutamente nadie.

-¿Ya no me recuerdas? ¡Qué ingrato de tu parte!-

-¿Dónde estamos?-pregunto esta vez Liliana.

-Corazón ¿Acaso vez algo, escuchas algún sonido, hueles, sientes…? Todo esto es un infinito vacio, es la nada.

-¿Qué hacemos aquí?- dijo Carlos entre confundido y asustado, aunque no por el hecho de estar en un lugar desconocido sino porque la voz le resultaba familiar pero no podía descifrar de quien provenía.

-Están aquí para…- contesto el hombre mientras dejaba una pausa- ¡Ser destruidos!- y terminaba de forma teatral. Mientras que al instante unos pequeños seres salían de otro agujero, seres pequeños y totalmente negros, con cierta similitud a niños pero con una cabeza mutante con muchos círculos en color dorado y plateado que hacían poder divisarse entre la infinita oscuridad- mis queridos Micloides ¡Ataquen!- grito la voz, mientras esta retumbaba por todo el lugar.

Los pequeños seres estaban armados con lanzas que eran el doble de su tamaño o ese se creía hasta que estos abandonaron su forma original, y se volvieron mucho más grande del tamaño de seres adultos, ahora su abdomen se podía ver y cada uno tenía un color diferente de lo que debería de ser piel, en unos segundos tomaron posturas de batallas y eran como 30. Así fue como al poco tiempo se encontraba Carlos defendiendo tanto su pellejo como el de la chica que se había quedado totalmente petrificada a su lado, tantos años de artes marciales- particulares por supuesto- y defensa personal no se podían haber perdido.
Uno de los micloides se le acerco por la espalda y lo tomo por la garganta mientras él le tomo el brazo y lo lanzo hacia delante con un fuerte tirón, dejándolo en el suelo con una pequeña llave, pero a pesar de los esfuerzos y de ser solo uno contra 30, estaba perdiendo la batalla, simplemente no se le ocurría nada.

Al poco tiempo se dio cuenta que lo estaban distrayendo para atacar a la chica mientras él estaba ocupado, Liliana no se movilizo de su sitio, ni siquiera porque los vio acercarse, Carlos fue tomado por todos ellos mientras lo cargaban y lo lanzaban al suelo, pero como era infinito no le hicieron nada (Klock es tan inteligente), pero las cosas cambiaron cuando al caer uno de los seres raros golpeo fuertemente a la chica, justo al tiempo que lanzaba un rayo eléctrico al cuerpo del chico, el cual soltó un gran grito por las descargas eléctricas en su cuerpo. Por alguna razón se le vino una palabra a la mente, quizá la palabra que justo lo ayudaría o quizás una tontería.

-¡Destrucma!- grito Carlos con todas sus energías, y fue como todos los seres explotaron y no se oyó nada más.

El cuerpo de Carlos se encontraba muy débil por las descargas eléctricas y porque aunque sin saber había realizado un hechizo de clase 9 y para muchos seres, solo vio a su compañera desmayada a su lado cuando cerró sus ojos y no volvió a ver más.
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-Menos mal que logramos localizarlos- dijo una mujer de unos 30 años , tez clara, ojos cafés, cabellos castaño corto a un chico de 20 años.

-Solo se desmayaron, sus cuerpos pudieron soportar tanto el gran golpe de Liliana en la cabeza y las descargas eléctricas que le propiciaron a Carlos, definitivamente son ellos- aporto el chico.
Se encontraban en la enfermería de la gran academia Tecniti, mientras que la directora Runy y el Mayor al mando se encargaban de velar por ellos mientras se despertaban de su largo sueño, sus cuerpos eran resistentes por lo cual los golpes no los afecto como lo haría a un humano normal.

Luego de tanto esperar por fin abrieron los ojos como si de maquinas se tratara-ya que lo hicieron al mismo tiempo- y se sentaban en las pequeñas camillas de la enfermería.

-¿Dónde estoy?¿Quienes son ustedes?- dijeron al unísono lo que hizo que se vieran uno al otro.

-Están en la academia Tecniti y yo soy Peter el mayor al mando, es decir, el supervisor de todas las actividades que se realiza en la academia, y el representante en otras dimensiones- los chicos pensaron que todo era un sueño, como si las dimensiones pudieran existir. Haber entrado a un sitio extrañamente infinito por un gran hueco rojo, que unos raros seres los hayan atacado y que el uniforme que tenga el chico que les acababa de hablar era idéntico a lo que ellos habían pensado- uniforme totalmente gris, con franjas negras en las largas mangas, que parecían un saco de vestir, con pantalones enteramente y zapatos negros, simplemente serio y deprimente- no daba indicio alguno que lo que el chico decía fuera verdad, ¿Verdad?...!Rayos! Estaban en una dimensión, en otro mundo ¿Cómo pudo ocurrir?

-¿Por qué estamos acá?- pregunto un confuso Carlos.

-Ustedes han sido elegidos por el comité dimensional como los únicos seres nacidos y localizados hasta ahora para derrotar a Klock el cual después de tanta búsqueda a la final el nos encontró a nosotros , así que ¡Todos estamos en peligro!- contesto la mujer de forma seria pero amable.

-Así que chicos les debo de advertir que las cosas no serán para nada fácil, pelearan, se entrenaran, se caerán, golpearan, dolerá mucho, va a ver presión psicológica de por medio, sabemos de los juegos mentales de Klock solo les hago una sincera pregunta aquí y ahora ¿Están listos para el reto?- dijo Peter igual de serio.

-¿Desde cuándo preparaste ese monologo? ¡Claro que acepto el reto!- dijo una entusiasta Liliana.

-Me golpearan, martirizaran, se meterán en mi mente, va a ver mucho dolor de por medio, electrificaran mi cuerpo y quizá hasta me humillen…- musitaba Carlos de forma traumática- ¡Cuenten conmigo!- decía ahora con una sonrisa en sus labios.

-¡Pensé que esto sería más difícil!- exclamo el alto joven con tez clara, ojos azules, cabello castaño y voz grave pero suave.

-Se que lo será, ya que si voy a tener a una persona que no puede dar ni un golpe tendré que trabajar doble … ¡Rayos!- dijo Carlos al tiempo que se levantaba de la camilla para darse equilibrio y pararse. Al tiempo que Liliana se le cruzo una leve venganza por su cabeza, y así fue como la chica se levanto le dio una linda e inocente sonrisa que se desvaneció al tiempo que le propiciaba un fuerte golpe en la ingle.

-¡AHHH!- grito Carlos mientras caía en el piso tomándose sus partes que ahora dolían demasiado, y se hacia la misma pregunta de Dilan en la mañana ¿Cómo puede tener tanta fuerza una chica- pero esta vez- en una pierna?- Porque al menos no le diste un golpe de estos a uno de esos seres?

-Me petrifique, le temo a la oscuridad, ver que todo era negro me altero demasiado, ni siquiera me percate cuando esas cosas se acercaron a mí, ¡Pero como lo vuelvan a hacer y me las pagaran!-dijo con una posición de súper heroína .

-Chicos les presento a Brent- interrumpió Runy , mientras señalaba a un chico con una gorra y un uniforme- que parece de conserje- negro, el chico se limito a asentir- el los llevara a sus nuevas habitaciones.

Carlos se incorporo ya que nada le dolía y salió junto con Liliana detrás del chico que se veía un tanto menor que ellos, quizás un año. Luego de caminar un largo rato por pasillos de suelo transparente y paredes de color metálico donde se podía ver de formas divertidas sus cuerpos, se paro justo al frente de dos grandes puertas una frente a la otra.

-Esta es su clave y sus huellas ya están en el sistema , así que, los dejo, mi trabajo aquí a terminado- le expreso el chico seriamente, mientras les daba su clave y se perdió por los largos pasillos.

Cada uno se dirigió a la puerta que encima tenía un numero de habitación según la de Liliana era la 1225 y la de Carlos 1220, cada quien se puso justo frente a las grandes puertas metálicas o quizás de otro material que ellos no pudieron distinguir ya que parecía que reinaba el gris y plateado por todas partes.

-Ingrese la clave del sistema- pidió una voz robótica, mientras que automáticamente se extendía un pequeño teclado de puros números, los chicos introdujeron los números que se encontraba en el pequeño papel que les habían dado-Clave Correcta- contesto la voz- espere mientras el sistema rastrea sus huellas, y así fue como una pequeña y fugaz luz roja paso por todo su cuerpo desde su cabeza a sus pies –Liliana Castillo…Carlos Dominé- dijeron cada uno de los sistemas por separado mientras se habrían los cuartos de cada uno.

En cada uno solo se encontraba una pequeña cama, la cual su diseño era interesante por el hecho que estaban sujetas por una base de triangulo al revés, donde cualquier que lo viera podría decir que la cama se caería en un momento a otro, pero cuando se acercaban a tocar la figura que parecía como el filo de una hacha incrustado en el suelo transparente -y que dejaba ver levemente la habitación de abajo, unos laboratorios- podían ver como un material solido tan transparente como para poder notarlo era lo que en verdad sostenía a la cama.

Al dirigirse a sus armarios pudieron distinguir trajes iguales a los que utilizaba el chico que los acompaño hasta sus cuartos, porque si, ahora esos serian sus cuartos, aunque no sabían hasta cuando, pero en sus mentes había algo que les decía que ese era su lugar.
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